viernes, 5 de diciembre de 2008

El rostro Humano de las Matemáticas



"El Rostro humano de las matemáticas" es el título de una exposición impulsada por la Real Sociedad Matemática Española de Matemáticas, que sirve de excusa para que los jóvenes y no tan jóvenes lleven a cabo diversas actividades y sobre todo pierdan el miedo a esta maravillosa ciencia que son las Matemáticas.
La Exposición ha recorrido diversos Museos, Institutos y otros lugares de interés; también puedes acceder a ella (virtualmente), está conformada por 30 caricaturas de matemáticos, tanto hombres como mujeres, que se han distinguido por sus logros. Sus aportaciones, sus anécdotas y su biografía acompañan a cada una de las caricaturas, realizadas por excelentes dibujantes.
En esta exposición se muestra una parte importante de los personajes que han jugado un papel destacado en la Historia de las Matemáticas. Dicha historia no se puede separar de la Historia de la Humanidad, por tanto, los protagonistas son matemáticos y matemáticas, que a la vez eran miembros de su comunidad y que formaron parte de ella como personas, en lo privado y en lo público. Ponerles cara y conocerlos un poco más es nuestro principal objetivo.
En la parte superior puedes ver, como muestra, a dos grandes matemáticos: David Hilbert y el querido profesor español Miguel de Guzmán. La exposición ha dado también lugar a la edición de un libro, con el mismo título de varios autores y publicado por la Editorial Nivola

Educar, qué bella palabra

Durante años he tenido muy presente este precioso poema del poeta vasco Gabriel Celaya, creo que refleja muy bien lo que significa Educar.



Educar
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada. G. Celaya
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco -ese niño-
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.



Gabriel Celaya